La potomanía, un trastorno desconocido
Beber demasiada agua
La palabra “potomanía” proviene del griego "potoç” (bebida, agua potable) y “µavia” (manía). Podríamos decir que es “la manía o compulsión por beber agua”. Esto se hace compulsivamente, sin tener sed y la persona experimenta una sensación de placer al consumirla. Se pueden llegar a beber 8-10 y hasta 15 litros de agua diarios, dependiendo la gravedad del caso.Ahora bien, si nuestro cuerpo tiene un 60-70% de agua y siempre los nutricionistas insisten en tomar agua, ¿hay un límite saludable?, ¿por qué hace mal?
LA POTOMANÍA
El consumo excesivo de agua se denomina potomanía y puede ser síntoma de un desequilibrio psiquiátrico, ya que tiene aspectos en común con otros trastornos del control de los impulsos. Se trata de un trastorno relativamente desconocido, que consiste en un deseo frecuente de beber gran cantidad de líquido, de manera compulsiva y sin sentir en especial sed, y acompañado de una sensación placentera.
Cuando una persona es consciente de que bebe demasiada agua, alrededor de 7 o más litros, debería acudir al especialista en endocrinología con el fin de descartar cualquier trastorno hormonal u otra patología que afecte al área hipotalámica, lugar donde se encuentra el centro que regula la sed.
Beber cantidades exageradas de agua u otros líquidos, generalmente no causa hiperhidratación, siempre que la hipófisis, los riñones y el corazón funcionen con normalidad, ya que el organismo elimina el exceso. No obstante, como consecuencia de episodios repetidos y mantenidos de potomanía, se puede alterar el buen funcionamiento de los riñones, la composición de la sangre y el equilibrio de fluidos y electrolitos dentro del organismo.
El exceso de líquidos puede ocasionar que los componentes de la sangre se diluyan, y se produzca un desbalance en la concentración de electrolitos. La hiponatremia es una consecuencia grave que puede aparecer en caso de potomanía, y consiste en que el organismo concentra una cantidad muy baja de sodio en la sangre (natremia es inferior a 120 mEq/l). La hiponatremia grave impide el funcionamiento normal del cerebro, los músculos, los órganos y el metabolismo. El resultado puede provocar nauseas, cefaleas, letargia, convulsiones y coma.
Este mal puede producir desde decaimiento, taquicardia y fiebre, hasta por ejemplo insuficiencia renal y, si no se soluciona a tiempo, la muerte. Por esto, se recomirnda estar “normohidratados”: “Aconsejamos beber entre 2 y 2,5 litros de agua u otras bebidas e infusiones por día, de manera repartida, no de golpe. El cálculo se deduce de los ml/kg que pesa la persona. Este es el promedio para una persona sana, pero se ajusta a cada caso”. “Hay que tomar la cantidad de agua necesaria; sabemos que es malo tanto tomar menos de lo requerido como tomarla en exceso.
CAUSAS
*Asociada a anorexia nerviosa: para obtener saciedad o para aumentar momentáneamente el peso en el momento de ser evaluadas por un profesional o familiar.
*Enfermedades psiquiátricas: trastorno de la personalidad, estructuras caracteriales histéricas y cuadros delirantes.
*Trastornos hipotalámicos (allí está el centro que regula la sed):
*Diabetes mellitus (suele tener tres síntomas: polidipsia –exceso de sed-, poliuria –exceso de orina- y polifagia –exceso de hambre-).
*Enfermedades renales crónicas.
*Medicamentos: uso de antiinflamatorios no esteroideos, diuréticos tiazídicos, litio, etc.
CONSECUENCIAS
Si bien en una persona cuya función renal, cardiaca y de la hipófisis se encuentran dentro de los parámetros normales, es muy extraño y poco frecuente que se produzca una hiperhidratación (exceso de hidratación), si la potomanía es sostenida, la función renal puede verse comprometida.Pero... si hay consecuencias pueden ser graves. Podemos mencionar las siguientes:
*Calambres musculares: debido a la dilución del sodio y del potasio.
*Hiponatremia: concentración baja de sodio en sangre
*Náuseas.
*Letargia(sueño continuo y patologico), cefalea(dolor de cabeza).
*Convulsiones.
*Parálisis.
*Insuficiencia cardiaca congestiva.
TRATAMIENTO
El tratamiento de la potomanía depende de la causa de base. Aún y todo, con independencia de la causa, se debe restringir el consumo de líquidos, a un litro y medio diario. En ocasiones, los médicos prescriben un diurético para aumentar la excreción de agua por parte de los riñones, aumentando el aporte de sodio en poco líquido.
Inicialmente, algunos casos son tratados con diuréticos a fin de evitar la hiponatremia. Pero esto es paliativo, sólo ataca al síntoma, no a la causa.En el caso que haya sido ocasionado por algún medicamento, deberá evaluarse la posibilidad de reemplazo por otro tipo de droga.
Si es un trastorno psiquiátrico requerirá medicación y terapia. Este variará de acuerdo a la causa de la potomanía. Y las causas dependerán del médico especialista y del equipo interdisciplinario (médicos clínicos, psicólogos, nutricionistas y médicos especialistas).
Pero cuando el agua se bebe en exceso, son varios los problemas que pueden aparecer. En primer lugar, se advierte que existe un equilibrio eléctrico en el organismo. “Los minerales y otras sustancias tienen cargas negativas y positivas que conviven en un equilibrio de electroneutralidad. Cuando se rompe esta balanza, se producen trastornos muy importantes en la función de los órganos”, explica. “El agua y los electrolitos (las sustancias con carga) se mueven conjuntamente: el exceso de agua interfiere en el mantenimiento de este balance. Si se pierde mucho sodio o mucho potasio, por ejemplo, se puede perder este equilibrio”.
Sabemos que el ser humano puede eliminar a través del riñón de 10 a 14 mililitros de agua por minuto (600-840 ml/hora), por lo tanto, no se debería superar ese límite. Una buena forma de calcular cuánto líquido debemos beber es aportar un litro de agua por cada 1000 Kcal. que se consumen (si hablamos de una media de consumo de 2000 Kcal./día, ahí obtenemos los famosos “dos litros diarios”).Si estamos expuestos al calor este valor debe aumentar junto con la temperatura y la transpiración.
En el caso de practicar algún deporte, el aporte de líquido es diferente y requiere ser tratado en profundidad
El agua es el componente más abundante del cuerpo humano, y representa más de la mitad del peso corporal. Así, una persona que pesa 70 kilogramos tiene aproximadamente unos 40 litros de agua en el cuerpo.
La cantidad de agua que necesita el organismo está condicionada por la necesidad de que los líquidos corporales tengan el volumen y la concentración osmótica precisos para asegurar las funciones biológicas. El sudor, una alimentación muy salada, vómitos, diarreas o infecciones diversas acompañadas de fiebre, aumentan las necesidades normales de agua.
El equilibrio hídrico
La concentración de agua presente en el organismo está ligada a la cantidad de electrólitos. Así, la concentración (el nivel) de sodio en la sangre es un buen indicador del volumen de agua que existe en el organismo. El cuerpo trata de mantener el nivel de agua total y, por tanto, una concentración constante de electrolitos, entre ellos el sodio.
LA POTOMANÍA

Cuando una persona es consciente de que bebe demasiada agua, alrededor de 7 o más litros, debería acudir al especialista en endocrinología con el fin de descartar cualquier trastorno hormonal u otra patología que afecte al área hipotalámica, lugar donde se encuentra el centro que regula la sed.

El exceso de líquidos puede ocasionar que los componentes de la sangre se diluyan, y se produzca un desbalance en la concentración de electrolitos. La hiponatremia es una consecuencia grave que puede aparecer en caso de potomanía, y consiste en que el organismo concentra una cantidad muy baja de sodio en la sangre (natremia es inferior a 120 mEq/l). La hiponatremia grave impide el funcionamiento normal del cerebro, los músculos, los órganos y el metabolismo. El resultado puede provocar nauseas, cefaleas, letargia, convulsiones y coma.
La falta de agua también resulta aún más problemática para el cuerpo. La deshidratación, principalmente en verano, es una de las causas más frecuentes de hospitalización entre los ancianos. “Perdemos agua constantemente por medio de la perspiración (respiración de la piel), la transpiración y las excreciones. Si no se repone, nos deshidratamos.
Este mal puede producir desde decaimiento, taquicardia y fiebre, hasta por ejemplo insuficiencia renal y, si no se soluciona a tiempo, la muerte. Por esto, se recomirnda estar “normohidratados”: “Aconsejamos beber entre 2 y 2,5 litros de agua u otras bebidas e infusiones por día, de manera repartida, no de golpe. El cálculo se deduce de los ml/kg que pesa la persona. Este es el promedio para una persona sana, pero se ajusta a cada caso”. “Hay que tomar la cantidad de agua necesaria; sabemos que es malo tanto tomar menos de lo requerido como tomarla en exceso.
CAUSAS
Muchos son los factores que pueden llevar a este trastorno. Entre ellos podemos citar:
*Asociada a anorexia nerviosa: para obtener saciedad o para aumentar momentáneamente el peso en el momento de ser evaluadas por un profesional o familiar.
*Enfermedades psiquiátricas: trastorno de la personalidad, estructuras caracteriales histéricas y cuadros delirantes.
*Trastornos hipotalámicos (allí está el centro que regula la sed):
*Diabetes mellitus (suele tener tres síntomas: polidipsia –exceso de sed-, poliuria –exceso de orina- y polifagia –exceso de hambre-).
*Enfermedades renales crónicas.
*Medicamentos: uso de antiinflamatorios no esteroideos, diuréticos tiazídicos, litio, etc.
CONSECUENCIAS

*Calambres musculares: debido a la dilución del sodio y del potasio.
*Hiponatremia: concentración baja de sodio en sangre
*Náuseas.
*Letargia(sueño continuo y patologico), cefalea(dolor de cabeza).
*Convulsiones.
*Parálisis.
*Insuficiencia cardiaca congestiva.
*Inflamacion en el cerebro
*Problemas respitarorios
TRATAMIENTO
El tratamiento de la potomanía depende de la causa de base. Aún y todo, con independencia de la causa, se debe restringir el consumo de líquidos, a un litro y medio diario. En ocasiones, los médicos prescriben un diurético para aumentar la excreción de agua por parte de los riñones, aumentando el aporte de sodio en poco líquido.

Si es un trastorno psiquiátrico requerirá medicación y terapia. Este variará de acuerdo a la causa de la potomanía. Y las causas dependerán del médico especialista y del equipo interdisciplinario (médicos clínicos, psicólogos, nutricionistas y médicos especialistas).
Pero cuando el agua se bebe en exceso, son varios los problemas que pueden aparecer. En primer lugar, se advierte que existe un equilibrio eléctrico en el organismo. “Los minerales y otras sustancias tienen cargas negativas y positivas que conviven en un equilibrio de electroneutralidad. Cuando se rompe esta balanza, se producen trastornos muy importantes en la función de los órganos”, explica. “El agua y los electrolitos (las sustancias con carga) se mueven conjuntamente: el exceso de agua interfiere en el mantenimiento de este balance. Si se pierde mucho sodio o mucho potasio, por ejemplo, se puede perder este equilibrio”.
El quiebre en la electroneutralidad puede haber sido uno de los motivos de la muerte de Henson, debido a la disminución de sodio, un mineral que se diluye en el agua que ingerimos. “Dietas como la mencionada, hipocalórica y basada en agua, mal nutren. No hay ingesta calórica ni reposición de minerales, pero se incorpora mucha agua, una combinación que favorece el desequilibrio”. En segundo lugar, si bien la capacidad del organismo de manejar el líquido es muy eficiente, tomar agua en gran exceso puede “sobrepasar” esta regulación y causar “hiponatremia”. Se produce un edema o inflamación por acumulación de agua en las células. “El mecanismo que causa la hiponatremia debe corregirse para evitar su progresión rápida porque puede derivar en edema cerebral”. Afirma que el trastorno es “rarísimo de ver si no se padece ningún problema cardíaco o renal que limite la eliminación de agua y, en consecuencia, aumente la retención excesiva de líquidos. Cuando el organismo funciona normalmente, elimina sin problemas el exceso de agua”. Conclusiones y recomendaciones:

En el caso de practicar algún deporte, el aporte de líquido es diferente y requiere ser tratado en profundidad
El agua es el componente más abundante del cuerpo humano, y representa más de la mitad del peso corporal. Así, una persona que pesa 70 kilogramos tiene aproximadamente unos 40 litros de agua en el cuerpo.
El agua, en el organismo, se encuentra distribuida en dos compartimentos: el agua intracelular y el agua extracelular. La primera representa del 50 al 60 por ciento (55% de promedio) del agua corporal total en el adulto sano. El agua extracelular es la parte acuosa de los líquidos extracelulares, el líquido intersticial y el plasma, y también forma parte de los sólidos extracelulares (dermis, colágeno, tendones, esqueleto, etc.). El agua extracelular ocupa alrededor del 20% del total, del cual, el 8% aproximadamente se encuentra por la sangre. El volumen de agua de la sangre, relativamente pequeño, resulta fundamental para el correcto funcionamiento del cuerpo y debe mantenerse constante.
La cantidad de agua que necesita el organismo está condicionada por la necesidad de que los líquidos corporales tengan el volumen y la concentración osmótica precisos para asegurar las funciones biológicas. El sudor, una alimentación muy salada, vómitos, diarreas o infecciones diversas acompañadas de fiebre, aumentan las necesidades normales de agua.
El equilibrio hídrico
El agua se absorbe en el organismo en distintos tramos del tubo digestivo por complejos mecanismos de absorción y los riñones se encargan de eliminarla como parte de la orina. Éstos órganos pueden excretar varios litros de orina diarios, o bien conservar el agua eliminando menos de medio litro cada día.
La concentración de agua presente en el organismo está ligada a la cantidad de electrólitos. Así, la concentración (el nivel) de sodio en la sangre es un buen indicador del volumen de agua que existe en el organismo. El cuerpo trata de mantener el nivel de agua total y, por tanto, una concentración constante de electrolitos, entre ellos el sodio.
Cuando éste es elevado, el cuerpo retiene agua para diluir el exceso de sodio, aumentando la sensación de sed y produciendo menos orina. Por el contrario, cuando la concentración de sodio desciende demasiado, los riñones excretan más agua para restaurar el equilibrio.
La concentración de agua está equilibrada cuando se compensan las pérdidas diarias, y para ello, las personas sanas, con un funcionamiento normal de los riñones y que no transpiren excesivamente, es aconsejable que beban al menos un litro y medio de líquido cada día. De esta manera, se consigue mantener en equilibrio el volumen sanguíneo y la concentración de las sales minerales disueltas (electrólitos) en la sangre.
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